Gratis. Una palabra que dada la situación económica en la que nos encontramos nos resulta cada vez más atractiva pero no nos damos cuenta de las consecuencias que hay detrás de ella.
Todos tenemos cuentas en al menos dos redes sociales, y a través de ellas estamos constantemente expuestos a las diferentes ofertas, promociones o descuentos que nos ofrecen nuestras marcas favoritas. Dentro de estos mensajes tan atractivos, solemos encontrarnos mensajes como "a qué esperas para recibir tu muestra gratis de x producto o servicio" y cómo no caemos, ya que algo gratis y de una marca que encima nos gusta rara vez no resulta tentador. La cosa es, que una vez que decidimos probar ese producto o servicio tan atractivo, nos encontramos con que para recibirlo o tener acceso a él tenemos que dejar muchos de nuestros datos personales.
Es ese momento, en el que ya tan mecánicamente rellenamos esas casillas blancas, que nos estamos exponiendo a perder nuestra intimidad y privacidad de cara a esas marcas. Todos esos datos que dejamos, ya sean nombre, apellido, email y edad, o algo más, van directos a esas enormes bases de datos que les permiten tener acceso directo a nuestra vida, o al menos, a invadirla.
¿Cuántas veces empezamos a recibir emails que no nos interesan y que encima nos molestan?
Cierto es que es obligatorio poder darse de baja, pero por mucha opción de no recibir más emails que tengamos esas empresas ya se quedan con esos datos, que antes eramos tan celosos de compartir, para luego hacer con ellos lo que necesiten. En la mayor parte casos lo que hacen con ellos es favorable para nosotros, ya que les ayudan a segmentar y a ofrecernos mejoras o novedades de aquello que más nos gusta y con lo que nos sentimos más afines, pero esto no quita del hecho que cada vez valoramos menos nuestra privacidad para rendirnos ante la palabra
gratis, cuando de gratis, nada.
Por lo que la pregunta es: ¿merece la pena recibir algo gratis cuando a cambio estás perdiendo lo que debería ser lo más valioso para ti, tu intimidad y privacidad?
- Pilar Lillo